Cleopatra fue rescatada con año y medio de vida después de que una granja de puesta intensiva de huevos la desechara por no ser lo suficientemente productiva. Fue salvada junto a 129 gallinas más del camión que las llevaba al matadero.
Ahora Cleopatra vive en el santuario, donde puede ser ella misma y desarrollarse como individuo.
Cleopatra ha sido la gallina a la que más le ha gustado investigar, a veces la encontrábamos fuera de su recinto y siempre buscaba pequeños espacios por los que pasar para seguir descubriendo otros rincones del santuario.
Un día la encontramos atrapada entre unas ramas, sin poder moverse. Sus piernas se fracturaron y además sufrió un daño neurológico que le impedía caminar. Debido a la puesta de huevos, las gallinas «ponedoras» tiene un déficit importante de calcio, lo que hace que sus huesos sean «de cristal». A cualquier otra ave en su situación no le hubiera ocurrido nada.
Cleopatra necesitó tiempo para recuperarse, pero gracias a la rehabilitación, acupuntura y láser, hoy camina con normalidad.
Durante el tiempo de recuperación conoció a Olivia en enfermería, otra gallina que se había fracturado una de sus piernas, y desde ese momento se volvieron inseparables.
Debido a la selección genética y al uso y explotación sufrido para la producción de huevos, Cleopatra puede estar sufriendo y/o sufrir varios de los siguientes problemas:
Su esperanza de vida sin un implante es de 3 a 5 años, mientras que con un implante puede vivir hasta 8 años con una muy buena calidad de vida.
Es por eso tan importante que pueda tener acceso a su implante, porque sólo así empezará una vida en verdadera libertad.
¿Quieres hacerlo posible?