Aini fue lanzado por la ventanilla de un coche a más de 120km/h en el carril central de la autopista. Pasó rodando por debajo de nuestro coche sin darnos cuenta que era alguien, al mirar por el retrovisor nos dimos cuenta de que era un gato y que estaba vivo por lo que salimos rápidamente de la autopista para dar la vuelta, sin poder conseguir la matrícula del coche que lo había lanzado a la muerte. Al llegar, Aini había conseguido llegar hasta el arcén esquivando todos los coches y pudimos cogerlo, dándonos cuenta de que era sólo un bebé de más o menos un mes que había sobrevivido a una muerte segura, y que solo tenía unos cuantos rasguños.